Categoría

Educación canina y adiestramiento

Categoría

El ladrido es la expresión canina por excelencia y se trata de una forma de comunicación natural y propia de la especie.

Sin embargo, por suerte o por desgracia, la mayoría de personas no vivimos en casas aisladas sino que tenemos vecinos alrededor. Por eso, cuando un perro ladra a horas intempestivas, o de forma muy frecuente, esa conducta biológicamente natural puede convertirse en un serio problema.

¿Es posible ponerle solución?

Tener un perro que acude a la llamada es tener la garantía de que tu animal no se va a meter en problemas molestando a nadie o poniendo, incluso, su propia vida en peligro.

Sin embargo, algunos propietarios se las ven y se las desean para enseñar el ejercicio de la llamada. ¿Por qué les cuesta tanto? ¿Qué hacen mal?

En realidad, el secreto del éxito es sorprendentemente simple…

¿Tu perro es dominante porque monta a otros mientras juega con ellos? ¿Estás seguro de que lo hace para mostrar su superioridad? ¿Qué crees que deberías hacer cuando se comporta así?

Muchos propietarios se encuentran en situaciones comprometidas cuando sus perros intentan montar a otros durante las sesiones de juego. La mayoría piensan que se trata de una señal de dominancia que hay que corregir inmediatamente. Sin embargo, el origen de este comportamiento es bien distinto…

¿Cuántas veces he oído a alguien decir: “Fíjate cómo es mi perro que, cuando nos vamos de casa, se enfada y destroza cosas para vengarse porque lo hemos dejado solo”?

Lo curioso es que este razonamiento tan extendido es, tan sólo, una creencia popular sin base científica. Los perros no destrozan por venganza, ni tampoco lloran, aúllan o ladran en nuestra ausencia para hacernos sentir culpables por haberlos dejado solos. ¿Quieres saber por qué lo hacen?