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Educación canina y adiestramiento

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Casi todos/as habréis oído hablar alguna vez del concepto «Alfa» para describir al individuo líder de una manada. La idea del «macho Alfa», o la «hembra Alfa», la expuso el biólogo L. David Mech en un libro que publicó en 1970. El concepto se adaptó al perro doméstico y se instauró, erróneamente, como explicación para muchos de sus comportamientos estipulando que eran un claro síntoma de su necesidad de ocupar el lugar más alto en la jerarquía de la manada (la familia de propietarios).

¿Cómo enseñar a un perro? Conseguir que un perro haga lo que nosotros queremos es un reto que pasa por saber crear las oportunidades necesarias para capturar ese comportamiento y reforzarlo. Por lo tanto, el primer paso es motivar al animal para que muestre algún tipo de repertorio conductual (queremos que haga «cosas» para luego escoger cuáles de esas cosas reforzaremos). A eso se le llama potenciar la «variabilidad de respuesta».

¿Cómo conseguir que ese abanico de «cosas que mi perro hace» sea lo más grande posible? Probablemente habría que empezar poniéndose en la mente de un perro e intentar entender cómo funciona.

¡Es fácil! …Los perros hacen lo que les da resultados para conseguir lo que quieren o necesitan.

Seguramente habréis oído alguna vez a alguien debatir sobre la idoneidad o no de programas como «El encantador de perros (César Millán)» o «Malas pulgas (Borja Capponi)», emitidos por la cadena de TV Cuatro. Quizás, incluso, hayáis participado en el debate defendiendo una u otra postura.

Por eso, me parece interesante dar a conocer cuál es el posicionamiento de aquellas personas que, por su formación experta en etología -la ciencia que estudia el comportamiento animal-, pueden ser un referente a seguir.

Muchos perros son abandonados o eutanasiados cada año y, precisamente, los problemas de comportamiento aparecen como una de las razones más citadas en las renuncias de propietarios.

Las clases de socialización de cachorros son un elemento clave a la hora de prevenir futuros problemas de conducta. Por lo tanto, estas sesiones -siempre controladas y dirigidas por profesionales del ámbito veterinario y/o de la educación canina- deberían ser una de las prioridades de todo propietario/a que acaba de adquirir un cachorro.