La agresividad es uno de los problemas de comportamiento más frecuentes en perros. También uno de los más graves, incómodos y peligrosos porque suele ir a peor si no se interviene adecuadamente. Hay una regla de oro para combatir la agresividad y varias claves para llegar a una solución. ¿Me dejas que te las explique?
Algunos propietarios se quejan y preocupan porque sus perros parecen tenerle miedo a todo. En ocasiones, ni siquiera quieren salir a la calle.
En realidad, ese miedo generalizado está tipificado dentro de la etología, ciencia que estudia el comportamiento animal. Hay que analizar cada caso de forma individualizada, pero por lo general podemos hablar de perros que padecen Síndrome de Privación Sensorial.
Si tu perro le tiene miedo a las personas, a los coches, al camión de la basura, a las bicicletas, patinetes o incluso a las hojas que caen de los árboles inesperadamente, seguramente te interesará saber por qué y cómo ayudarle. Voy a intentar explicarlo.
Mucha gente dice: “Mi perro se porta peor cuando va atado que suelto”. Cuentan que su perro se vuelve más agresivo (o más reactivo) hacia otros perros o personas cuando va con correa que sin ella.
Puede parecer una contradicción pero, en realidad, no lo es. Este comportamiento tiene una explicación sencilla, lógica y fácil de comprender. Y, como casi siempre, tiene solución 🙂
Muchos perros sufren con los petardos, las tormentas, etc. Algunos les tienen miedo y otros auténtica fobia.
Durante la verbena de San Juan, las Fallas valencianas, las Navidades en algunas zonas de España o durante días de truenos y relámpagos, es muy útil saber qué hacer para conseguir que tu perro esté más relajado.
Si tu animal tiene miedo, crear una zona segura en casa le ayudará a sentirse más tranquilo. Vamos a explicar cómo hacerlo. Es muy sencillo.
¿Cuántas veces he oído a alguien decir: “Fíjate cómo es mi perro que, cuando nos vamos de casa, se enfada y destroza cosas para vengarse porque lo hemos dejado solo”?
Lo curioso es que este razonamiento tan extendido es, tan sólo, una creencia popular sin base científica. Los perros no destrozan por venganza, ni tampoco lloran, aúllan o ladran en nuestra ausencia para hacernos sentir culpables por haberlos dejado solos. ¿Quieres saber por qué lo hacen?