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Educación canina y adiestramiento

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Y tú, ¿qué haces para
castigar a tu perro cuando “se porta mal”? ¿Has pensado alguna vez si los métodos que utilizas son suficientemente efectivos? ¿Has conseguido suprimir algún comportamiento molesto mediante el castigo?

He aquí uno de los grandes temas de debate: castigar o no castigar…

¿Educación en positivo? ¿Siempre? ¿Por qué sí? ¿Por qué no?

Como me parece que existen muchas dudas al respecto entre propietarios de toda clase, aquí os dejo este post:

Todos y todas hemos presenciado alguna vez situaciones en las que el bienestar de un perro se ha visto claramente comprometido. Perros encerrados en balcones bajo el sol, atados a una cadena y privados de su libertad, animales que pasan horas y horas solos en un piso o un jardín… Desafortunadamente, son muchos los ejemplos.

Sin embargo, seguro que tú te consideras un buen propietario/a o cuidador/a, ¿verdad? ¿Quieres saber si realmente lo eres?

Vamos a hablar de bozales y no está de más recordar que lo que no nos pondríamos nosotros tampoco hay que ponérselo a nuestros perros.

Todo el mundo debería tener un bozal en casa (cualquier día podemos necesitarlo para ir al veterinario o viajar con nuestro perro), pero no sirve comprar el primero que encontremos. Debe ser cómodo y apropiado para el uso que vamos a darle.

Muy brevemente, voy a explicar los dos grandes tipos de bozales que existen y cuáles son sus ventajas y desventajas.

Algunos perros se muestran muy protectores con la comida y ladran o gruñen cuando alguien se les acerca mientas están comiendo o, simplemente, merodea cerca de su plato.

Se trata de un problema común y, por experiencia, diría que la mayoría de gente anda bastante desorientada a la hora de encontrarle una solución.

Por eso en este post voy a explicar algunas pautas sencillas y muy útiles.