Hoy ha entrado en vigor la nueva normativa que permite viajar a los perros en el metro de Barcelona.
Como propietaria canina que vive –y convive- con su perro, es una de las mejores noticias de los últimos años. Como especialista en comportamiento canino, también: los perros son animales gregarios y necesitan compañía. El aislamiento produce un deterioro de su bienestar. Su libre acceso al metro evitará que muchos se queden durante horas solos en casa esperando a que su propietario vuelva.
Sin embargo, los perros no gustan a todo el mundo y hay que respetarlo. Por eso ahora nos toca dar la talla en cuanto a civismo, respeto y educación. La normativa ya está aprobada, y ha costado mucho, así que tenemos que salvaguardarla. La mejor manera de hacerlo es respetar las normas (todos los perros deberán ir atados, con bozal, y fuera de horas punta) y ser más educados que aquellos que critican la presencia de canes en el transporte público y luego no dejan subir antes de bajar, tiran papeles al suelo o apoyan los zapatos en el asiento de delante.
Nuestros perros son nuestra responsabilidad. Es una suerte poder viajar con ellos. No la malgastemos.