¿Te apetece ponerte a prueba? ¿Te atreves a decir cuál de las siguientes cinco imágenes de interacciones entre perros y niños se corresponden con situaciones de riesgo? Te advierto que no es tan fácil como parece: un estudio recientemente publicado en la revista Journal of Veterinary Behavior hizo la prueba y las conclusiones han hecho activar la alarma.
Aunque mucha gente piensa que los accidentes entre perros y niños suelen ocurrir cuando el perro es desconocido, la realidad es que esto no es así. La mayoría de accidentes se producen cuando el crío interacciona con el perro de la familia. Este estudio realizado por expertos de la Universidad de Viena asegura que la culpa la tenemos los adultos, que no estamos suficientemente atentos o no sabemos reconocer las situaciones de riesgo.
El perro de casa siempre es bueno
Cuando un niño se encuentra con un perro desconocido, los padres o los adultos que están a cargo del crío suelen acudir rápido diciéndole al niño “ten cuidado” y apartándolo del posible peligro. No ocurre lo mismo cuando el perro es de la familia, cuando es el perro de casa.
Tendemos a pensar que el perro de casa no morderá a nuestro niño porque confiamos plenamente en él. Los padres permitimos que los niños se diviertan y abracen al perro sin tener en cuenta que el animal puede sentirse acosado y reaccionar con agresividad.
Cuando el perro es de la familia, presuponemos que tendrá paciencia suficiente para tolerar cualquier tipo de manipulación por parte de nuestro niño o niña. Esto es un error.
“El 84% de los accidentes en los que el perro muerde se producen en presencia de los padres”, explica la autora del estudio Christine Arhant. Ello nos conduce a pensar que los adultos necesitamos estar mejor informados sobre qué situaciones pueden ser peligrosas entre perros y niños y cuáles no. Aprovecho para recordarte este post que publiqué hace algún tiempo sobre cómo evitar que un perro muerda a un niño.
El perro de casa NO siempre es tan bueno…
La realidad es que el perro de la familia no siempre tiene tanta paciencia como habíamos presupuesto y que el índice de accidentes entre niños y perros que terminan en el hospital es mayor cuando el can es conocido que cuando es ajeno a la família.
Los perros, como nosotros, también necesitan su espacio y no siempre tienen ganas de ser abrazados, acariciados, cepillados o incluso besuqueados por nuestros niños. Salvo excepciones muy concretas, un perro siempre expresa incomodidad antes de lanzarse a morder. El problema es que el niño no sabe interpretar esas señales de disconformidad.
Los niños malinterpretan el lenguaje corporal de los perros y a menudo describen imágenes de perros enseñando los dientes como perros felices y sonrientes (Meints et al 2010).
Por eso es responsabilidad de los adultos supervisar cualquier interacción entre perros y niños. Sin embargo, los resultados del estudio de la Universidad de Viena alarman al descubrir que el 50% de los padres permite al crío acurrucarse o jugar con el can tanto como desee. Y el mismo porcentaje deja al menor con el perro sin supervisión.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que la mayoría de accidentes se producen cuando el niño inicia la interacción con el perro y su intención es positiva. Es decir, no es que el niño vaya a pegar al perro y el perro responda con agresividad sino que el crío lo que pretende es acariciarlo, abrazarlo o besarlo y eso es interpretado como un acoso por parte del perro.
Cinco imágenes de niños y perros para ponerte a prueba
En el estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad de Viena se preguntó a 402 participantes sobre su percepción del riesgo en las siguientes cinco situaciones cotidianas. Luego se comparó esa respuesta con la de varios expertos en comportamiento canino. Las conclusiones hicieron saltar la alarma.
¿Quieres saber si tú hubieras dado la respuesta correcta? Señala cuáles de las siguientes situaciones deberían requerir de la intervención y supervisión de un adulto (situaciones de riesgo) y cuáles pueden considerarse sin riesgo.
La respuesta está al final de este post 😉
Pincha sobre la imagen para ampliarla
1- Niño sentado al lado del perro. El perro está tumbado sobre su espalda y el niño sujeta las patas delanteras.
2- Un padre está sujetando a un bebé directamente sobre la cara del perro. El bebé intenta alcanzar al perro. El perro mira directamente a la cara del bebé.
3- El niño reposa parcialmente sobre el perro y ambos están en la cama del can.
4- El niño se mantiene frente a perro mientras le ofrece lamer un yogur.
5- El perro está tumbado descansando sobre una manta en un rincón. El niño gatea hacia él.
Conclusiones sobre la relación entre niños y perros en una misma familia
No seré yo quien niegue los beneficios de la convivencia entre perros y niños pero tampoco quien omita sus riesgos. A la luz de los últimos estudios publicados así como de las estadísticas de accidentes por mordida más recientes, queda claro que los adultos debemos aprender a reconocer con más precisión las situaciones de riesgo en las interacciones entre niños y perros.
La receta contra los accidentes es la supervisión y, sobre todo, una buena base de conocimiento sobre lenguaje canino. Aquí tienes un artículo interesante sobre las 7 señales que un perro da antes de morder.
Aunque están en inglés (por desgracia todavía no existe un proyecto equivalente en castellano), estas tres páginas web tienen información específica sobre prevención de accidentes entre perros y niños. Te recomiendo echarles un ojo:
Solución para las 5 imágenes
1- Niño sentado al lado del perro: situación de riesgo.
Estar tumbado panza arriba y con el vientre expuesto es una postura corporal relacionada con la sumisión en perros. El perro puede sentirse indefenso ante la manipulación de niño y puede reaccionar con agresividad para zafarse de él. En algunos casos, el perro adopta esta posición simplemente para pedir que lo acaricien, pero hay que evaluar muy bien el contexto y, en cualquier caso, monitorizar en todo momento la interacción entre el niño y el can.
2- Un padre está sujetando a un bebé directamente sobre la cara del perro: situación de riesgo.
En esta posición, el cuerpo del adulto y el del bebé quedan por encima de la cabeza del perro de forma que el perro puede sentirse abrumado ya que nos estamos abalanzando sobre él con todo nuestro cuerpo. Por otro lado, los bebés son muy torpes en sus movimientos y podrían darle un manotazo al perro sin querer. El riesgo es elevado si tenemos en cuenta que el mordisco de un perro en esta posición iría a parar directamente a la cara del niño.
3- El niño reposa parcialmente sobre el perro y ambos están en la cama del can: situación de riesgo.
Nunca debería permitirse a un niño reposar en la cama de un perro porque cuando un can está en su cama significa que busca reposo. Por lo tanto, es muy probable que no le apetezca soportar la manipulación de ningún niño.
4- El niño se mantiene frente a perro mientras le ofrece lamer un yogur: situación sin riesgo según los expertos del estudio realizado por la Universidad de Viena.
En principio, esta situación no tiene por qué ser conflictiva, aunque desde mi punto de vista no está totalmente exenta de riesgos. Hay que vigilar porque algunos perros que no toleran bien la frustración pueden sentirse molestos si el niño retira el yogur antes de tiempo, por ejemplo. Personalmente, creo que esta situación también necesita de una atenta supervisión por parte de los padres o adultos a cargo del perro y el niño.
5- El perro está tumbado descansando sobre una manta en un rincón. El niño gatea hacia él: Situación de riesgo.
En este caso, el perro está arrinconado y en su manta. La situación puede ser de riesgo ya que es posible que el perro se sienta acorralado por el bebé (no tiene fácil vía de huida) y, además, es posible que pretenda proteger su manta como espacio que le pertenece.
Ilustración de Oliver Montiel.
10 Comments
Excelente y mientras iba leyendo hacía la misma observación, el punto 4 puede ser riesgosa también, de hecho muchas veces la causa de agresividad es la baja tolerancia a la frustración y el quitarle un recurso comestible, puede ser muy frustrante. Personalmente habría elegido otra imagen para señalar una situación poco riesgosa.
Hola con todo respeto, no me intereso este post ya que no lo veo necesario, un buen dueño conoce a su perro y sabe cuando esta de mal humor o no, o que le molesta o no, pero bueno es mi simple opinión saludos
Hola! Yo creo que este post ha sido muy interesante. Soy cirujana y me ha tocado suturar a varios niños por mordeduras de perros y un 70% son perros de la propia casa o conocidos (por ejemplo el perro de un tio o vecino) que hasta ese momento eran la mar de buenos! Yo tengo dos perros y dos nenes chiquitos y por mas que los conozco bien y los eduque yo siempre estoy pendiente de los niños cuando interaccionan con los perros. Nunca se sabe!
A mi si me ha parecido muy interesante. Sobre perros voy aprendiendo poco a poco. Sobre niños se un poquito más y jamas se me ocurriría dejar sin supervisar a un niño con el perro. Las reacciones de los niños son imprevisibles sobre todo en menores de seis años, ellos aprenden «probando» y no todo lo que prueban puede ser del agrado del perro.
Coincido en que un buen responsable (lo de dueño no me gusta demasiado, no me considero «dueña» de mi perra) debe conocer a su perro, pero por desgracia creo que todavía estamos muy lejos de conocer realmente a nuestros perros. En mi opinión, la cantidad de años que llevamos con una visión equivocada de como debe educarse, socializarse, comportarse, etc. un perro, nos lleva a cometer errores. Para mi un perro es un perro, debe y tiene el derecho a «hacer de perro». Considerar que un perro es bueno o malo por que reacciona como un perro no me parece justo. A nadie se le ocurriría decir que un niño es malo porque se ha peleado con otro en el parque. La cuestión no es si el perro es «malo» o «bueno», la cuestión es que NO todo el mundo sabe reconocer las señales. Cuantas veces oyes a gente considerar que cuando un perro mueve la cola es porque está contento?? O a cuantos dueños ves que se pasan horas tirándole la pelotita al perro elevando su nivel de estrés a cotas insufribles, porque así hace ejercicio??
Cometemos errores por desconocimiento, y cualquier post que nos ayude a conocer mejor a nuestros perros no solo me parece interesante, sino que me parece necesario. Agradezco infinitamente páginas como esta que con rigor y sencillez me ayudan a saber más, ya que no siempre mi economía me permite asistir a cursos y seminarios.
Artículo muy bueno. Hay mucha gente, muchísima, que no sabe lo que es tener un perro. Parece mentira porque esto se lo comentas a los dueños y te dice : » este es el tercero así que no me digas que no lo sé». y claro, te tienes que callar. Yo siempre tengo claro que un perro es impredecible, aunque sea equilibrado, obediente y todo lo que tú quieras. Hay que entender que a los perros no les gusta que les agobies y los niños lo hacen, evidentemente, sin maldad. Mi sobrina que tiene 5 años, le gustan mucho los perros y cuando ve a la mía, siempre la quiere tocar y al animal no le gusta que le agobien. Entonces, le gruñó sin enseñar los dientes. Yo lo vi todo, mi sobrina me miró y me dijo «tita, tú perro ronca y no está durmiendo!» Evidentemente, me hizo mucha gracia la reacción de ella, no había interpretado correctamente la advertencia de mi perra, si no que le hizo hasta gracia! Le dije que la dejara tranquila que estaba cansada y nos alejamos. Si yo no hubiera estado allí, mi sobrina hubiera insistido y probablemente mi perro le hubiera «marcado» sin maldad también pero advirtiendo que le dejara en paz.
Exacto, Anahi. Los niños no son capaces, muchas veces, de interpretar las señales de los perros. Y los adultos, por nuestra parte, en algunos casos no estamos suficientemnete atentos o no entendemos esa falta de interpretación por parte de los críos. De ahí los accidentes.
Gracias por compartir aquí tu opinión y tu experiencia personal. El ejemplo que explicas de tu sobrina es muy ilustrativo.
Un saludo.
Fabuloso reportaje
Muchas gracias, me ayuda el artículo, también los comentario.
Pues yo acabo de adoptar un perro todo bien, solo que cuando nos ve con la toalla en la cabeza de cuando nos bañamos nos ladra e incluso gruñe, que le pasa y como corregir.
Hay que tener cuidado con mezclar a los perros con los niños. Sobretodo si el chiquillo es un poco «movido» y termina molestando demasiado al perro. Ellos solo entienden cosas muy básicas y los niños tienen demasiada inocencia para ello.