La llegada de un bebé a casa es uno de los momentos que más preocupa a los propietarios de perros. Muchos padres se preguntan si es necesario tomar algún tipo de precaución especial y tienen dudas sobre temas tan importantes como saber si deben o no dejar entrar al animal en la habitación del niño.
En realidad, la llegada de un nuevo miembro a la familia es un momento delicado y no está de más tener en cuenta algunos consejos para prevenir posibles complicaciones.
Aquí van algunas pautas básicas que pueden ser de gran ayuda:
1. La llegada del bebé alterará considerablemente el ritmo familiar. Los futuros padres tendrán 9 meses para hacerse a la idea y prepararse. Sin embargo, al perro podría sobrevenirle el cambio. Por eso, lo mejor es no esperar al día «D» para explicárselo.
La idea es que el animal no asocie al nuevo miembro de la familia con cosas negativas como paseos más cortos, menos atenciones, o prohibiciones del tipo «ya no puedes subir al sofá». Así que esforcémonos por anticipar todos esos cambios, en la medida de lo posible, para que no coincidan con la llegada del bebé.
Si sabemos que la madre no podrá paser al perro tan asiduamente como lo hacía hasta ahora, acostumbrémoslo a ser paseado por otras personas durante todo el embarazo; si no querremos que el animal suba al sofá, no esperemos a la semana de antes del parto para prohibírselo; si sabemos que tendremos que cambiar sus horarios de salida a la calle, modifiquémoslos también durante los meses previos al nacimiento… En definitiva: anticipemos siempre que podamos.
2. Para conseguir una relación positiva entre niño y perro, lo mejor será que la aceptemos con naturalidad desde el primer momento. Por supuesto, es decisión de cada cual permitir o no al animal entrar en la habitación del bebé. Sin embargo, mi consejo es no prohibir el acceso pero seguir estrictas pautas de desparasitación externa e interna para nuestro perro. Digo esto porque, en algunos animales, la prohibición de acceso puede generar frustración e, incluso, motivar la aparición de algunas formas de agresividad.
3. Si tenemos un perro que ya ha mostrado signos de agresividad, deberemos analizar muy bien en qué contextos lo ha hecho y empezar a trabajar, durante todo el embarazo y con la ayuda de un profesional, pautas de modificación de conducta. En este punto me gustaría dejar muy claro que gruñir o enseñar los dientes SON signos de agresividad. No hay que esperar a que el perro muerda para considerar que tenemos un problema. Cuanto antes le pongamos solución, más fácil será modificar ese comportamiento. Y, si estamos esperando un bebé, no lo dudemos ni un segundo.
4. Aunque nuestro animal sea dócil, esté bien socializado con niños, y creamos estar seguros de que nunca podrá hacer daño a nuestro bebé, supervisemos SIEMPRE las interacciones entre perro y niño. Es nuestra responsabilidad velar por la seguridad de uno y otro. Sólo nuestra atenta mirada podrá evitar un accidente.
5. Si sospechamos que nuestro animal no está bien socializado con niños ( no tuvo contacto con ellos cuando era cachorro, hemos detectado que le dan miedo, no le gustan o los evita), tendremos que esforzarnos pora cambiar esa actitud. Podemos trabajar muchos ejercicios de contracondicionamiento durante el embarazo, y también una vez tengamos al bebé en casa. Contracondicionar significa cambiar la asociación negativa que ha hecho el perro (por ejemplo: «los niños no me gustan porque hacen mucho ruido y me asustan») por una positiva (por ejemplo: siempre que aparece un niño a mi alrededor, mis propietarios me premian con un trozo de salchicha). Ejercicios de este tipo son sencillos de realizar pero, debido al riesgo que implica trabajar con niños y perros, lo mejor es que un profesional nos ayude a pautarlos y nos explique bien cómo hacerlos.
6. Si queremos que el perro identifique al bebé con algo bueno y positivo desde el primer momento, es importante que no le neguemos el primer reconocimiento olfativo. Ya sabemos que los perros, a diferencia de nosotros, priman el olfato a la vista. Por eso, es recomendable que, cuando lleguemos del hospital cargando al bebé en brazos, dejemos que el animal lo olfatee y lo identifique. Como no sabemos cómo va a reaccionar, hagámoslo siempre bajo control y con el perro atado a la correa. Si no nos fiamos de nuestro perro, pongámosle incluso un bozal (que habremos positivizado previamente para que el perro no lo vea como un castigo).
Antes de la llegada a casa podemos haberle ido dejando oler alguna ropa impregnada del olor del bebé. No hace falta mostrarle los pañales porque algunos perros son coprófagos y corremos el riesgo de que quiera comerse las heces, algo que no resulta demasiado agradable ni higiénico.
7. Ya que vamos a dejar que nuestro perro olfatee a nuestro bebé cuando lleguemos del hospital, con él entre los brazos, no está de más empezar a acostrumbrar al perro a vernos entrar en casa con cosas en el regazo. Podemos ponernos una muñeca, una bolsa o lo que sea.
8. Si nos preocupa que el perro coja los juguetes del bebé, tal vez podemos impregnarlos con algún olor característico y enseñar al perro a discriminar entre los suyos y los del niño. Si, por error, agarra un juguete del bebé, se lo cambiaremos por uno suyo y lo felicitaremos o iniciaremos el juego, para que vea que con ese sí obtiene atenciones.
9. La llegada de un bebé a casa implica visitas constantes de familiares y amigos. Si sabemos que nuestro perro no reacciona bien ante la presencia de intrusos en el hogar, habrá que trabajar este problema con antelación. Crear una zona segura para que el perro se sienta cómodo, alejada de los intrusos y en la que coloquemos su camita, sus juguetes y alguna distracción comestible, es una buena idea. Sin embargo, además de eso habrá que realizar ejercicios para «positivizar» la presencia de visitas en el hogar. Cada perro es diferente y habrá que analizar si su comportamiento frente a los «intrusos» responde a una motivación territorial (defensa del territorio) o si lo que tiene el animal es miedo. El tratamiento para ambos casos es similar pero con matices. Lo mejor es consultar con un profesional y seguir sus indicaciones.
10. Por último, me gustaría hablar de la reacción del perro ante el primer llanto del bebé: observemos bien cómo se comporta cuando escucha al bebé llorar por primera vez. Será normal que se extrañe o se inquiete, pero estemos atentos por si el sonido desencadena agresividad o cualquier tipo de conducta que nos haga dudar de la seguridad de nuestro bebé. Si es así, consultemos en seguida con un profesional para que él/ella pueda juzgar si tenemos un problema y si podemos buscarle una solución. Por cierto, existen DVDs con grabaciones de llantos de bebés que nos pueden ayudar a habituar al perro a este tipo de sonidos…
Bien, espero que estas pautas ayuden a preparar la llegada de un bebé a un hogar en el que ya vive un perro. Me gustaría decir, en cualquier caso, que lo mejor es naturalizar la situación. Probablemente nuestro animal necesite un tiempo para habituarse a la novedad, pero no tiene porqué existir ningún problema. Intentemos no desplazar al perro dedicándole mucha menos atención que antes y hagamos que siga siendo un miembro más de la familia. Sin embargo, no olvidemos NUNCA que nuestra supervisión es fundamental.
7 Comments
Muchas gracias! 😉
Para aquellos que estamos en busca de un bebe, es un articulo bastante interesante y de gran ayuda, gracias por esta informacion tan valiosa.
Gracias a ti por leerlo, SAnti.
Un saludo,
Alba
Tengo dos perros (y dos gatos) y estamos esperando un bebe para Noviembre. Habíamos pensado poner en la puerta del dormitorio del bebe una barrera protectora para que los perros no entraran más que nada cuando la nena esté jugando y no le quiten sus cositas, no sé si sería una buena idea, ya que he leído que es una buena forma de no discriminar al perro ya que ve y oye todo. También otra consulta, debido a que soy yo la que me ocupo de los perros habíamos pensado que mi hermana se los llevara al final del embarazo y durante unos días más ya que mientras estemos en el hospital se quedarían solos, y así ella no tendría que estar yendo y viniendo tres veces al día, pero también pienso que no sería bueno que cuando ellos regresen se encuentren con que hay un bebe en casa. Muchas gracias!!! Olga
Hola Olga!
En primer lugar, muchas felicidades! 😉
Entiendo todas tus preocupaciones y espero poder ayudarte con mi respuesta. Pero antes de nada habría que aclarar un punto fundamental y es si tus perros han mostrado alguna vez algún signo de agresividad hacia algún miembro de la familia, hacia algún extraño o si habéis detectado que su relación con los niños (vecinos, amigos, niños desconocidos) no es 100% fiable. Si eso fuera así, te recomiendo que te pongas en contacto cuanto antes con un experto en etología / educación canina para que evalúe tu caso y te dé pautas a seguir.
Si no es el caso, y tus perros no han mostrado agresividad hacia personas o niños, entonces mi consejo es que los integréis en la nueva situación familiar tanto como podáis. De hecho, tienen que acabar relacionando al bebé con experiencias positivas. Eso quiere decir que, si les ponéis una barrera para que no entren en la habitación, quizás eso provoque que se sientan desplazados del grupo. Yo no te lo recomiendo. Es mucho más natural dejarles entrar en el espacio del bebé y permitirles que lo acompañen, si quieren, estando tumbados junto a él mientras juega, etc.
Los perros son animales con una gran capacidad de adaptación y suelen acostumbrarse bien a la presencia de un nuevo miembro en casa, SIEMPRE QUE ESE NUEVO MIEMBRO NO SUPONGA QUE ELLOS QUEDAN DESPLAZADOS.
En cuanto al tema de tu hermana y los paseos, eso ya es una cuestión logística, pero desde mi punto de vista lo mejor es que los perros sigan en su entorno habitual. Con el bebé llegarán muchos cambios y yo no añadiría ninguno más.
Sin embargo, como te digo, aquí la logística prima y, si tus perros conocen bien a tu hermana, están a gusto en su casa, y crees que la opción de que ella se los lleve durante estos meses es la más práctica, pues no hay más que hablar 😉
Bueno, espero haberte podido ayudar. Nosotros también esperamos un bebé para finales de enero y creo que va a ser toda una experiencia observar cómo lo acoge nuestro perro Bolo en la familia.
Mucha suerte y un abrazo,
Alba
Hola Alba
Muchas gracias por tu respuesta. Casualmente he hablado con un vecino que ha hecho un curso de educador canino y me ha dado varias pautas, la más importante y sencilla es la «naturalidad», así que nada, a seguir como si nada. Seguramente mi hermana se los lleve los días que estemos en el hospital pero me los dejará en casa antes de que lleguemos nosotros, o igual la convenzo para que se quede en mi casa esos días (ya veremos) Por cierto, enhorabuena por el embarazo, te deseo que te vaya todo muy muy bien. Ah! y uno de mis perros también se llama Bolo!!!! Un beso
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