Pasear con un perro que no tira de la correa es un placer. Para el animal y para el propietario. Por eso no hay que resignarse a convivir con el problema. Lo mejor es empezar a solucionarlo cuanto antes. Aquí van algunos consejos.
Todavía se ven por las calles y plazas de mi ciudad –Barcelona-, perros con collares eléctricos alrededor del cuello y propietarios que intentan controlarlos a distancia.
Me recuerdan un poco a niños pequeños usando coches teledirigidos, con la diferencia de que, en este caso, se trata de animales y no objetos con “control remoto”.
La cuestión es que hay quien se plantea si el collar eléctrico para perros es o no perjudicial. Y yo, como profesional del comportamiento canino, ya hace tiempo que vengo indagando sobre el tema.
Voy a contaros algunas cosas que os harán entender por qué no hay que usarlo. Y, si alguien está en desacuerdo, lo invito a participar en el debate dejando aquí sus comentarios. 😉
Creo que convivir con un perro es una experiencia muy gratificante. A mí, personalmente, me encanta. Sin embargo, cada día veo a más propietarios que tienen problemas para disfrutar con sus perros porque no les hacen caso o “se portan mal”…
Ya tengo escrita mi carta a los Reyes Magos de Oriente. Este año, la cosa va de libros. Libros de perros, claro. Y como todos los que voy a pedir me parecen tan interesantes, quiero compartirlos con vosotros para que tengáis opción de añadirlos a vuestra lista.
Ahí van:
Cualquiera que haya convivido con un perro en casa habrá necesitado limpiar más de una mancha de orina sobre el suelo, la alfombra, e incluso el sofá.
A continuación voy a explicar qué productos son más eficaces en la eliminación de esos rastros y, todavía más importante: cuáles están absolutamente contraindicados.