Los perros son animales sensibles, capaces de absorber el estrés y la tensión del ambiente que los rodea. Como las personas, algunos lo gestionan mejor y otros tienen más dificultades.
Mientras que el estrés ocasional no tiene porqué ser negativo, un nivel de estrés demasiado alto o prolongado en el tiempo pone en riesgo la salud de tu perro. Por eso, es fundamental aprender a reconocer sus signos y ponerle remedio cuanto antes.