Enseñar a un cachorro a hacer sus necesidades en un lugar concreto es fundamental para evitar problemas en el futuro. Sin embargo, muchos propietarios tenéis dudas sobre cómo conseguirlo. Aquí va una explicación sencilla para ayudaros.
Parece haber un consenso entre la comunidad de expertos en cuanto a que la edad óptima para separar al cachorro de la madre y los hermanos y llevarlo a casa es entre las siete y las ocho semanas de edad, aproximadamente a la mitad del denominado periodo de socialización.
Los perros aprenden a relacionarse con las personas y con los otros perros durante toda su vida, pero fundamentalmente lo hacen desde las tres semanas hasta los tres meses de edad. Esa es la etapa a la que nos referimos cuando hablamos de “periodo sensible de socialización” y es importantísima para el desarrollo del cachorro. Como vimos en el post anterior, marcará su carácter y comportamiento durante la edad adulta.
Muchos perros son abandonados o eutanasiados cada año y, precisamente, los problemas de comportamiento aparecen como una de las razones más citadas en las renuncias de propietarios.
Las clases de socialización de cachorros son un elemento clave a la hora de prevenir futuros problemas de conducta. Por lo tanto, estas sesiones -siempre controladas y dirigidas por profesionales del ámbito veterinario y/o de la educación canina- deberían ser una de las prioridades de todo propietario/a que acaba de adquirir un cachorro.