El eterno problema de algunos propietarios es que su perro tira de la correa. Y la solución más recurrente suelen ser los llamados collares de adiestramiento, entre los que se encuentran los collares de pinchos o los collares de ahorque para perros. Muchos propietarios (y algunos profesionales) dicen que funcionan. Voy a explicaros por qué yo nunca los recomiendo.

¿Por qué la gente compra collares de pinchos y collares de ahorque?

Es bastante incómodo pasear con un perro que tira de la correa. Sobre todo si pesa más que un chihuahua o si uno acostumbra a caminar por calles transitadas.

Enseñar a un perro a no tirar de la correa en ciertas situaciones puede tener su miga. Y, lo que es seguro es que requiere tiempo y paciencia. Con el ritmo de vida que llevamos, muchos propietarios no encuentran ninguna de esas dos cosas y prefieren tirar por la vía rápida: los collares de adiestramiento.

En realidad, los collares de adiestramiento No sirven para educar a ningún perro, pero sí es verdad que pueden hacer que deje de tirar de la correa o que tire con menos fuerza. Por eso su uso ha proliferado durante los últimos años. Ahora bien… ¿son aceptables todos los collares de adiestramiento?

El problema de los collares de pinchos y los collares de ahorque son las consecuencias negativas a corto, medio y largo plazo.

¿Por qué la gente No debería comprar collares de pinchos o collares de ahorque?

Hay muchas razones por las que nadie debería comprar nunca collares de pinchos o collares de ahorque para sus perros. Algunas de las más importantes ya quedaron reflejadas en mi artículo sobre los collares eléctricos, una modalidad de collar de adiestramiento que también se basa en el castigo positivo para corregir la conducta del perro. Os invito a leerlo. Además, la ilustración que lo acompaña es una de las que más me gustan de este blog 😉

Al margen de todas las razones descritas en la entrada sobre collares eléctricos, los collares de pinchos y los collares de ahorque tienen todos estos otros riesgos asociados:

Tienen riesgos anatómicos

El cuello es una parte muy sensible de la anatomía canina. La presión excesiva de un collar sobre esta zona puede provocar dolor, contusiones y/o contracturas, afectación del riego sanguíneo y problemas relacionados, dificultades respiratorias e incluso afectación de la tiroides. Los expertos hace ya años que recomiendan el uso de arneses en vez de collares para perros. Si quieres saber por qué, puedes leer mi post “¿Arnés o collar para tu perro? Información muy importante

Los collares de pinchos y los collares de ahorque provocan dolor

Es obvio que los collares de pinchos producen dolor y que los collares de ahorque generan la desagradable sensación de quedarse sin respiración. Si alguien duda sobre esto, le diré que se haga la siguiente pregunta:

¿Si los collares de pinchos o los collares de ahorque no generaran dolor o incomodidad, creéis que el perro dejaría de tirar de la correa? El perro modifica su comportamiento porque, cada vez que tira de la correa, hay una consecuencia negativa para él.

Si bien es cierto que cada perro tiene un umbral del dolor diferente y que cada propietario maneja la correa con una suavidad/brusquedad particulares, lo que es indudable es que este tipo de collares de adiestramiento no supone un método amable para enseñar al perro a pasear sin tirar de la correa.

Activan el peligroso círculo: Dolor-Ansiedad-Reactividad

El dolor, la molestia o la incomodidad generan ansiedad, que a su vez hacen incrementar la reactividad del perro frente a estímulos del entorno. Se activa un círculo vicioso peligroso: dolor-ansiedad-reactividad.

En el caso de los perros que tienen tendencia a mostrarse agresivos o reactivos hacia otros perros o personas, la cadena Dolor-Ansiedad-Reactividad es muy perjudicial.

Castigan al perro sin ofrecerle una alternativa

Para empezar, vamos a dejar claro que tirar de la correa es un comportamiento completamente natural en el perro. A nadie le gusta la restricción de movimientos y a nuestros perros, tampoco. Sin embargo, es necesaria para mantener la seguridad en ciertos entornos.

Si pedimos a nuestro perro que no tire de la correa, deberíamos enseñarle qué queremos que haga en vez de tirar. Si lo que deseamos es que camine a nuestro lado, entonces deberíamos dedicar tiempo a practicar ejercicios orientados a hacerle entender ese objetivo. Si, por el motivo que sea, no disponemos de tiempo o no tenemos paciencia, lo que no creo que sea justo es infringir dolor al perro para conseguir que se comporte como nosotros queremos. Sobre todo cuando hay otras maneras más amables de lograr que nuestro perro no tire de la correa.

Hay alternativas más amables

Basado en el mismo principio que los collares de pinchos y los collares de ahorque (producir cierta incomodidad en el perro para lograr que modifique su conducta), pero con consecuencias mucho menos dañinas para la salud y el bienestar canino, se comercializan los llamados arneses anti-tirones para perros.

Si no disponemos de tiempo para educar a nuestro perro, estos arneses de adiestramiento son la mejor herramienta.

Los collares de pinchos y los collares de ahorque son una trampa para el perro

En mi artículo sobre por qué algunos perros se portan peor cuando van atados expliqué que ciertos animales se sienten especialmente acorralados cuando no tienen posibilidad de escape frente a situaciones que les incomodan o les dan miedo.

En el caso de perros que tiran de la correa porque algunos momentos del paseo les incomodan, colocar un collar de pinchos o un collar de ahorque no hará más que empeorar el nivel de sufrimiento del perro.

Están prohibidos por ley

En nuestro país, los collares de pinchos y de ahogo ya están prohibidos en ciudades como Barcelona. En otros lugares del mundo como Nueva Zelanda, algunas partes de Australia, Austria o Suiza, este tipo de collares de adiestramiento están igualmente vetados. En este caso, la ley actúa como expresión de una conciencia de respeto animal que vale la pena mantener y observar.

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La alternativa definitiva a los collares de pinchos y de ahorque

Cuando un perro tira de la correa, no hay otra solución definitiva que hacer un buen diagnóstico del problema y entrenar la obediencia. No es lo mismo un perro que tira por miedo que un cachorro que tira porque tiene muchas ganas de llegar al parque.

Un buen profesional puede ayudar a trabajar correctamente esta obediencia pero, mientras tanto, una solución práctica pueden ser los arneses anti-tirones. Antes de escoger un collar de pinchos o un collar de ahogo para tu perro, prueba con estos arneses.

 

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7 Comments

  1. Me gustaría matizar que los collares de pinchos o eléctricos no se utilizan sólo como castigo positivo o refuerzo negativo, en adiestramientos de obediencia deportiva también se utilizan para activar. Es importante aclararlo, porque todos los usos que se le atribuyen suelen ser negativos y no es cierto.

    Por desgracia la gente que los suele comprar los usa para castigar durante el paseo. Hay que tener en cuenta que sólo los quieren para que el perro deje de tirar, y si lo que buscan son resultados rápidos los arneses de pecho (repito, de pecho) son una muy buena opción como comentas en el artículo. Interesante puntualizar que es mejor comprar de marcas fiables y no de otras que copian modelos abaratando el coste de los materiales, ya que probablemente con éstos los resultados sean malos.

    Un saludo

    • Alba Benitez Reply

      Hola David! Como siempre, encantada de recibir tus comentarios.

      En esta ocasión tengo que admitir que no estoy de acuerdo con tu argumento. Si me permites disentir, abro el debate, que siempre es súper sano y enriquecedor 😉

      No soy experta en OCI y no conozco el uso que se le puede dar a los collares de pinchos o eléctricos en el marco de esta disciplina deportiva. En cualquier caso, el mecanismo de funcionamiento de esta herramienta es siempre el castigo positivo o el refuerzo negativo (según se utilice), como tú bien explicas. Por lo tanto, a mí no me parece la forma más amable de conseguir que un perro «se active». Creo que un perro debería activarse porque se ha trabajado tan bien su motivación por el ejercicio que la propia realización del mismo sirve como elemento activador. No concibo el entrenamiento de otra forma. No sé qué piensas tú al respecto? Abierta estoy a debatir, ya sabes 🙂

  2. A mí el veterinario me recomendó el arnés de pecho y desde entonces el perro no tira. No entiendo xq hay que castigarlos con dolor cuando existen muchas otras formas de educar a nuestros perros sin necesidad de que sufran.

  3. Gracias Alba por volver abrir el eterno debate sobre si / no el collar de ahoga, pincho etc.
    El problema que tenemos es que hay muchos educadores que aun lo recomiendan a sus clientes, y que estos por ignorancia lo compran . Otra respuesta de los dueños que lo ponen a sus «mejor amigo». si les comentas que está prohibido en Barcelona, de que aun se vende en las tiendas.. y es verdad.
    De todas formas, cada articulo sobre ello es bueno.
    Gracias de nuevo

  4. Hola a todos,

    Primero felicitar por un articulo de consciencia educativa con criterio y rigor.

    Donde se auna la formación de calidad que desprende la exponente, y un criterio humano y de sensibilidad a la altura de lo que para mi, debemos tener los profesionales del sector. Y mas allá incluso cada guía (propietario), lo cual es en cierta medida, una parte de nuestra «responsabilidad».

    Haciendo mención al comentario del compañero David.

    La motivación es un proceso interno que se desencadena por el deseo o necesidad de alcanzar un objetivo. (forma coloquial de la explicación específica).

    Nosotros no podemos motivar, ya que como repito es un proceso interno.
    Lo que si podemos es estimular con aquello que desee, para que se produzca esa necesaria motivación con la que trabaja el perro.
    Como correctamente ha explicado Alba Benítez. El famoso «activado» sigue siendo un catedrático castigó positivo, el cual he conocido y en su día, hasta desgraciadamente he trabajado. En el cual se excusaba su uso, promoviendo, que cuando quieres alcanzar un objetivo, un dolor liviano, no es correctivo sino promotor de la motivación.

    Como una palmada a la espalda antes de un partido.

    Y aunque algunos que no todos, trabajan sin romper los umbrales del dolor y dentro de lo malo adecuan la intensidad del estímulo aversivo. El problema surge cuando se mezclan los estados emocionales, venidos de la propia actividad, los condicionantes ambientales y demás factores del momento.
    Con esto quiero decir.. Si estas desmotivado o te falta algo de confianza y animo, antes de salir al terreno de juego. Una palmadita en la espalda puede ser un estimulo que produzca motivación, siempre acompañado de apoyo y por una persona referente afectivo.

    Si el estado emocional es inestable y desbocado, esa misma palmada puede ser nociva para el resultado que se busca y poco amable por quien la emplea.

    Si hemos dicho que la motivación se consigue por alcanzar lo deseado.
    La forma que se merecen, es capacitarnos para conseguir encontrar la estimulacion correcta y crear un entorno amable para la práctica del ejercicio. Cuidando de sus estados y tiempos, para ser un referente de expectativa.
    Llegando a conseguir que la propia actividad sea auto-reforzante para el mismo sin la necesidad imperiosa de trabajar continuamente con lo motivadores externos.

    Saludos

  5. Hola,

    Soy dueño de una Golden impresionante, pero desde pequeña (ahora tiene un año y medio) controlarla fuera de casa era prácticamente imposible, si tenía un estímulo más fuerte que yo se acabó el hacerme caso. Anteriormente he tuve un Beauceron (pastor de carácter muy fuerte) y nunca tuve problemas adiestrándola. Me he leído varios libros, diferentes técnicas, etc, y a pesar de no ser adiestrador he intentado no cometer los típicos errores.

    En un inicio me decanté por el adiestramiento «en positivo» con premios, si venía perfecto -toma premio- y si no venía pues regañarla de manera «positiva» (sin premio). Esto iba bien siempre que no hubiera otros perros o cosas que le estimularan más que un premio. Finalmente contraté un adiestrador, en el momento de buscarlo vi que hay miles y miles, con «título» de adiestrador, etólogos, etc. Tras días de búsqueda e información contraté a un adiestrador del que he aprendido mucho. Una de las cosas que más me ha quedado fué:

    – ¿Si tu perro ve un jabalí y decide ir a por él, crees que con un premio dejará de correr? –

    Y ahí es donde aprendí que un perro ha de responder ante cualquier situación y ha de vivir como un animal, sin humanizar, con una estructura jerárquica y con su rol definido. También aprendí lo que es un adiestramiento realmente en positivo, en el cual se refuerza con palabras tranquilas y amables y caricias.

    Para corregir su conducta utilizamos un collar alemán de púas, yo me lo he puesto y he dado un tirón con la misma fuerza que le damos a ella y no he sentido dolor ni dad parecido, simplemente un toque que me ha activado. Por esto se que el collar de púas no le causa dolor ni nada parecido (siempre que se use correctamente) ni una vez la he oído quejarse con un tirón con este collar.

    La técnica es simple, se da orden y si hace caso en menos de 3 segundos se la acaricia y dice muy bien. No hace caso en menos de 3 segundos, se da un pequeño tirón repitiendo la orden y entonces la ejecuta muy bien y se le acaricia y dice muy bien. La segunda vez que lo hagas realizará la orden a la perfección, con collar y sin collar y en cualquier situación, sin mostrarse estresada ni atemorizada.

    Lo que realmente conseguí trabajando con ella con un collar de púas, caricias como refuerzo positivo y mostrándole que yo soy quien da órdenes y ella quien obedece SIEMPRE, es que tenga el estímulo externo que tenga ella está conmigo, me hace caso, se jerarquiza con otros perros sin causar ningún problema y además noté que está mucho más cariñosa con nosotros, más atenta y más segura de ella misma.

    Todo esto ha sido con un collar de púas, sin dolor, sin castigos ni nada cruel. Ha sido utilizando técnicas de adiestramiento probadas, testeadas y recomendadas por una persona que entrena para IPO.

    Si alguien quiere discutir, probar su efectividad, ver como el perro está perfectamente, etc no tengo problema en enseñarle a mi perrita en acción (soy de Barcelona).

    Así que explicada mi experiencia os aseguro que a un perro hay que quererlo y tenerlo siempre controlado.

    Saludos,

  6. Por cierto me he olvidado de mencionar que la manera de actuar de un collar de púas, colocado correctamente, simplemente transmite un pequeño pellizco en el cuello que da un toque de alerta al animal. El pellizco que transmite es infinitamente inferior que la mordida de otro perro que pueda recibir cuando están «jugando».

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